fue al terminar de llorar por el niño del pijama a rayas... estaba agotada, pero ya sabes la manía que tengo de no estar sin un libro empezado... no lo puedo evitar... pero la historia me había hecho tanto daño que no sabía que podía leer antes de irme a dormir.
miré a los montones de libros que había en el salón y me encontré con los ojos de cortazar... los de mi segunda rayuela (esa que no he llegado a leer). cogí el libro y leí las instrucciones de uso... ya sabes "este libro es muchos libros, pero sobre todo es dos libros". donde cortazar te explica que puedes leerlo en el orden normal hasta el capítulo cincuenta y seis donde las tres estrellitas significan fin, o leerlo empezando por el capítulo setenta y tres siguiendo el orden que marca al final de cada capítulo...
así que empecé del lado de allá... y me leí el principio del primer capítulo antes de irme a dormir.
¿Encontraría a la Maga? Tantas veces me había bastado asomarme, viniendo por la
rue de Seine, al arco que da al Quai de Conti, y apenas la luz de ceniza y olivo
que flota sobre el río me dejaba distinguir las formas, ya su silueta delgada se
inscribía en el Pont des Arts, a veces andando de un lado a otro, a veces
detenida en el pretil de hierro, inclinada sobre el agua. Y era tan natural
cruzar la calle, subir los peldaños del puente, entrar en su delgada cintura y
acercarme a la Maga que sonreía sin sorpresa, convencida como yo de que un
encuentro casual era lo menos casual en nuestras vidas, y que la gente que se da
citas precisas es la misma que necesita papel rayado para escribirse o que
aprieta desde abajo el tubo de dentífrico.
al día siguiente había quedado para ir al cine a ver la peli del nene del pijama y para variar llegué antes de la hora. saqué las entradas, y para hacer tiempo me metí en la casa del llibre que aún estaba abierta... sección libros de bolsillo, que son mis favoritos, y allí estaba la rayuela, la edición de cátedra, esa mas pequeñita, de color negro...
no lo pude evitar, había empezado a leerla el día anterior, pero sabía que mi edición era demasiado incómoda para leerla en el sofá... ya lo dije, es una de esas de obras completas del instituto cervantes, con tapas duras y mas de mil doscientas páginas... así que sin pensarlo cogí la rayuela por tercera vez, y me la llevé a casa, pasando por el cine, claro... y siendo tan manejosita, me la releí en el fin de semana... sé que puede parecer absurdo comprar un libro que ya tienes, pero hay libros tan especiales que no te importa volver a comprar...
y no descarto comprarme una cuarta... nunca se sabe lo que puede pasar...
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