pero anoche estuve buscando este poema en el spleen de parís... porque necesitaba leerlo, creo que habla muy bién de lo que pretendemos hacer algunos de nosotros por aquí, o en general escribiendo... solo porque no podemos evitarlo y este poema lo expresa de una manera preciosa...
Quien desde fuera mira a través de una ventana abierta, jamás ve tantas cosas
como quien mira una ventana cerrada. No hay objeto más profundo, más misterioso,
más fecundo, tenebroso y deslumbrante que una ventana tenuemente iluminada por
un candil. Lo que la luz del sol nos muestra siempre es menos interesante que
cuanto acontece tras unos cristales. En esa oquedad radiante o sombría, la vida
sueña, sufre, vive.
Por sobre las olas de los tejados, acierto a entrever a
una mujer madura, arrugada ya, pobre, perpetuamente enfrascada en su tarea y que
nunca sale. Con su rostro, con su atuendo, con sus gestos, con apenas nada, he
reconstruido la historia de esta mujer, o quizá fuera mejor decir su leyenda, y
de vez en cuando, entre lágrimas, me la recito a mí mismo.
De haber sido un
pobre anciano, habría reconstruido la suya con la misma naturalidad.
Y me
acuesto, satisfecho de haber vivido y padecido en la piel de otros.
Y tal vez
me digan: "¿Cómo sabes que esa leyenda es la verdadera?". ¡Qué me importa la
realidad que se halle fuera de mí, si me ha ayudado a vivir, a sentir que soy y
lo que soy.
pues eso que hay días que repites como en un susurro eso de qué me importa la realidad que se halle fuera de mí, si me ha ayudado a vivir, a sentir que soy y lo que soy.
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