una novela increible, fantastica... escrita con una prosa sencilla... parece que tengas a sylvia al lado contandote lo de su viaje a nueva york y sus intentos de suicidio, cuando la internaron en un hospital y lo que se siente al recibir electro shock...
y llega un momento en el que te parece lo mas normal del mundo que vaya por la casa buscando donde colgarse, echandole la culpa de su mala suerte al techo, que no ayuda a semejantes menesteres... me atrevería a decir que en algunos momentos sylvia nos regala hasta destellos de humor negro, mezclados con una tristeza profunda, con dudas existenciales, con esa angustía que se empeña en buscar un sentido a la vida, que puede que sea mejor no buscar...
bajo una campana de cristal que la aisla del mundo, que la hace respirar el mismo aire sin parar... quizás eso la hacía especial... esa angustía que le provocaba no poder leer y no poder escribir...
Pensé que la cosa mas hermosa del mundo debía de ser la sombra, el millón de
formas animadas y callejones sin salida de la sombra. Había sombra en los
cajones de los escritorios y en los armarios y en las maletas, y sombras bajo
las casas y los arboles y las piedras, y sombra tras los ojos y las sonrisas de
la gente, y sombra, kilómetros y kilómetros de sombra, en el lado de la tierra
en que era de noche.
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