el vientre de parís es el mercado central. empecé a leerme esta novela de zola mientras esperaba el avión a parís... como ir a parís sin zola?
no sabes la alegría que me dio encontrar a claude lantier entre sus hojas... es lo que tienen los libros de zola, que siempre encuentras viejos amigos de los que te cuenta algo, aunque sea poco. claude, es un personaje secundario, un artista que pasea por el mercado buscando la inspiración en el pueblo.
el libro no habla de él, habla del mercado, de florent, que ha escapado del destierro al que le llevo un malentendido... florent, que llega al mercado hambriento, al que toda la comida del mercado no logrará saciar, porque su hambre es distinta. una tragedia que se fragua entre las enaguas de las cotillas, cotillas de las malas, que solo viven para inventar historias sin preocuparse de las consecuencias de sus habladurias, y en el mercado encuentras a poca gente buena entre tanta persona egoista, demasiado aburridas como para no preocuparse de inventar pecados al vecino, y el pobre florent será el blanco de todas las intrigas del mercado.
zola nos ofrece una historia coral, contandonos las vidas de casi todos los personajes que pueblan el mercado... la señora françois, una buena mujer que vive en el campo, la bella lisa y la bella normanda, empeñadas en descubrir quien es la mas bella, el hermano de florent, la vieja seca que cotillea con todo el mercado, los dos chiquillos que se han criado juntos y despiertan a unos amores mezclados con el deseo por todo el mercado, y los hombres que juegan a la politica en el bar del mercado.
una historia de intrigas, de celos, de envidias pero sobre todo de cotilleos sin medida, de mentiras susurradas por todo el mercado con maldad despreocupada que ni al final de la historia siente remordimientos por tantos inventos...
solo claude parece entender lo que ha pasado, cerrando la novela con su genial frase despues de pasear por el mercado descubriendo la felicidad a su alrededor: "¡que bribonas, las personas decentes!"
y entre todos los lugares de parís que zola me ha hecho recordar, uno de los recuerdos me ha hecho sonreir, al traerme librodearena en mitad del parís del imperio:
y a veces se agachaba, prometía con la mirada días mejores a los dos peces de colores, tambien inquietos, que nadaban lánguidamente en el acuario del escaparate.un placer volver a leer a zola.
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