justine y justine

Justine, es un nombre que para mi irá siempre liagado a Sade, que le vamos a hacer. He de admitir antes de seguir que me gusta el marques de Sade, y que he leído todo lo que he encontrado publicado en español, que he ido recopilando en ferias del libro y en librerías de saldo.
En el prólogo a la edición de “los infortunios de la virtud” que poseo, dice: “nadie ha mostrado literariamente tantas brutalidades ni ha sido tan pornográfico como el marques de sade”. No sé talvez acostumbrada como estoy a jugar a no escandalizarme, mi visión de la literatura de sade es meramente artística, me centro solo en la obra que tengo delante, en lo que cuenta y en como lo cuenta, sin plantearme problemas éticos o morales. Si bien he de admitir, que leer a sade en la playa o en un avión hace que te sientas en ocasiones incomoda, por si alguien leyera por encima de tu hombro las frases que resuenan en tu cabeza. Imagino que no a todo a todo el mundo le será del todo fácil olvidar la ética y lo políticamente correcto, para centrarse solo en la lectura de las obras del marqués.
A mi justine me gustó, aunque es un libro duro, descarnado, de los que no le he dejado a la abuela, vamos.
Lo único que me descoloca es el final, que al ir conociendo poco a poco al autor, quizás he ido entendiendo, pero que la primera vez que lo leí, me sorprendió como pocos finales me han sorprendido. Ver una moralina por parte del marqués, asegurando que la verdadera felicidad solo se encuentra en la virtud… no sé, no me lo esperaba.
La justine de Durrell, parte de los cuartetos de Alejandría, se entremezcla en mi memoria con la justine de Sade. Quizás porque empieza con una cita de sade, “hay dos soluciones posibles: el crimen que nos hace felices, o la soga que nos impide ser desdichados. Respóndame, querida Therese, ¿se puede dudar un solo instante? ¿y que argumento podría aducir su pobre inteligencia en contra de aquel?” o quizás sea porque las protagonistas comparten nombre, nada mas.
La obra de Durrell es menos descarnada, aunque en cuanto a sentimientos mas sincera, a mi entender. Así como sade nos presenta una justine virtuosa a la que el destino putea, perdón por la expresión, durrell nos muestra una justine algo menos virtuosa, dentro de un triangulo, o tal vez sea mejor decir cuadrado, sentimental, ambientado en Alejandría, lugar del que deberá escapar al final.
Bueno, pues os los recomiendo, a mi encantó leer sobre estas dos mujeres, sus virtudes y sus miedos, que nada tienen que ver, salvo por el nombre, creo…

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