Muchas veces pienso que Crimen y castigo es el responsable de que hoy lea lo que leo.
Me explico. Yo siempre he leido mucho, pero leía novelas sobre las que habían hecho películas, best-sellers… hasta que en clase nos hicieron leer “Crimen y castigo”. Fue un año en el que leimos “la celestina”, “El Quijote”, “Hamlet” y “Crimen y castigo”.
Mi osito de peluche fue bautizado con el nombre de Raskolnikov. Si, con dieciséis años aun tenía un oso de peluche!! Y una perrita de peluche de ojos grandes pasó a llamarse Ofelia.
A lo que voy. “Crimen y castigo” me impresionó, de hecho decía que si tenía una hija la llamaría Sonia, como la puta de buen corazón que hace que Raskolnikov se redima. Me pareció tan alucinante, tan magistral… teníamos un plan de lectura, impuesto arbitrariamente por mi profesora, ella nos decía hasta que página teníamos que leer, y después lo comentábamos en clase. Aguante dos días, el tercero me leí un par de capítulos mas de los que tocaban, y a la semana siguiente ya me había leído el libro entero robándole horas al sueño.
El crimen perfecto realizado simplemente para demostrar que podía ser cierto. Los remordimientos y sobretodo los personajes me cautivaron. El que un ruso del siglo diecinueve hubiese escrito una historia capaz de engancharme me pareció alucinante. Por aquella época empecé a escribir la que pretendía que fuera mi primera novela. Un horror, por suerte, además de ganas de escribir, tenía un sentido critico muy fuerte, así que escribí unas cincuenta páginas… pero la historia era terriblemente mala… demasiados personajes, poco diferenciados, muchas cosas distintas sucediendo a la vez, y lo peor… un aburrimiento.
Así que crimen y castigo, además de cautivarme, me inspiro, me inspiro tanto que no solo me hizo escribir algo, sino que me hizo también darme cuenta de lo malo que era lo que había escrito. He dicho que amo a dostoyevsky? Si, es uno de mis rusos favoritos, y mira que me gustan los escritores rusos…
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