antes de ayer vino mi hermana la mediana a tomarse un café conmigo cuando acabé de trabajar... nos fuimos a la cafetería que hay aquí detrás y estuvimos hablando (y llorando) un ratito, que quieras que no, viene bien para despejarse después de una facturación complicadilla...
(sé que estos dos últimos meses he facturado cuando tocaba, pero no lo recuerdo, ni sé cómo he sido capaz de centrarme y de ir haciendo lo que se suponía que tenía que ir haciendo... pero el caso es que lo he hecho... como ayer, que pese al agobio y a mis inseguridades facturé...)
y ayer vino la hermana de una amiga a tomarse un café conmigo... digo la hermana de una amiga y tengo que aclarar que son tantos años ya (nos conocimos a mis veinte años y ella era una chiquilla...) que más que la hermana de una amiga, es una amiga... o como ella me dijo hace poco: "somos familia"... esa familia que eliges con los años... esa familia que se hace de ratos, de confidencias, de viajes, de penas y de celebraciones compartidas...
(tengo amigas que se me han colado en la familia y que vienen por casa y saben donde están las cosas y están tan a gusto como en su casa... amigas a las que mis padres adoptarían encantados, y que vienen a comidas familiares, y a cenas y demás... y luego tengo también, como en este caso, familias de amigas en las que me siento como en casa, familias a las que quiero, con las que he compartido comidas familiares y celebraciones varias... porque el término familia en mi caso es muy amplio... ni mi familia es familia en realidad, pero en realidad es más familia que la familia de verdad... puede que algún día escriba una novela entera sobre este tema... pero en fin...)
que vino a tomarse un café conmigo, y eso, quieras que no, viene bien, se agradece que te quieran y que quieran verte y escucharte y tomarse un algo contigo... y además se agradece que entiendan que ahora mismo mi zona de confort se limita al bar de la esquina y a la cafetería de la calle de atrás y que se amolden sin problemas a mis nuevas manías...
en la trilogía de copenhague, que estoy a puntito de acabarme, he bajado a los infiernos con tove ditlevsen, que se enamoró de las drogas y por eso se casó con su tercer marido... una mala elección que ella es capaz de contar desde una distancia asombrosa y con detalles que no la dejan en buen lugar... pero quizás es la única manera de contar las cosas...
ayer también me vacunaron... una escena digna de una peli de esas de virus y catástrofes... por suerte no fui sola, porque me dieron cita a la vez que a uno de mis primos... así que para allá que nos fuimos... cola en la parte de fuera, el móvil en la mano para enseñar la cita, y el sip en la otra... y toma de temperatura, y gel hidroalcohólico, pase al número 16, y vuelta a dar el sip, y una chica muy maja que no me hizo daño al pincharme, y vaya por este pasillo, a la sala de espera y espere quince minutos por si pasa algo... y vas a una sala llena de gente sentada en sillas de plástico, todos mirando un reloj... yo, como no iba sola, le guardé sitio a mi primo... y nada, pasados los quince minutos nos fuimos y aún me dio tiempo de llegar a cerrar...
y de momento bien... no me duele nada... ni el brazo... he pasado buena noche y no tengo fiebre... me duele la cabeza, claro, pero como eso me viene de fábrica, no me preocupa... estoy acostumbrada...
Querida Naná;
ResponderEliminarHoy tengo turno de noche, llevo toda la semana y x eso no escribo.
X eso y porque me cuesta encontrar algo que escribir.
Pero te leo y me gusta lo que escribes tú, así que todo normal...
Igual me decido a sacar todo lo que tengo en la cabeza y en el corazón en unos días. Lo del alma es más difícil porque ya sabes que se me rompió y sigue rota.
Me gustan esas familias que no se eligen pero se encuentran...yo tb tengo una.