miércoles y aunque he empezado a escribir este post desde la caja,
después de varias interrupciones lo retomo ya desde mi mesa del
despacho, con la caja por hacer (exactamente igual que ayer, por motivos
totalmente ajenos a mi voluntad), con el correo abierto y entregado (a
mí misma, porque todos los mails útiles que había esta mañana me los he
quedado yo para ir dándoles respuesta cuando pueda), y las facturas que
senté ayer a útlima hora de la tarde esperando a ser comprobadas y
numeradas, porque ayer a las siete y media ya no me quedaban fuerzas
para quedarme un rato mas a terminar lo empezado, y además el jefe no
estaba, y al otro jefe lo de las horas extras (las suyas, porque las
ajenas le dan igual) no le acaban de venir bien del todo... así que me
resigné, me dejé la faena a mitad (con la rabia que me da) y en cuanto
acabe este post, acabaré de acabar...
en fin... miércoles y hoy venía a contarte que estuve leyendo humillados y ofendidos de
dostoievski, claro... uno de los libros que me compré en esa librería
que está en la esquina de parís con valencia con las estrenas (sí, ya sé
que no tengo edad, pero mi tío me sigue dando estrenas) navideñas que
me dió mi tío; y como ya sabes que soy poco práctica, en vez de
ahorrarlas o gastármelas poco a poco, decidí gastármelas en libros...
(además he de decir que mi tía y yo teníamos hace años una especie de
pacto... cuando me hice mayor ella me daba dinero por navidad y por el
cumpleaños, pero con la condición de que no valía gastarselo en cafés y
en tabaco... que no valía ir gastándolo poco a poco en los gastos
diarios... así que yo con el dinero lo que tenía que comprarme era un
regalo, y después enseñarle a ella lo que me había regalado... y aunque
mi tía ya no está, con mi tío, aunque él no lo sepa, yo mantengo el
mismo trato que tenía con ella...)
en fin... que ya se me ha empañado los ojos, cuando lo que yo quería era hablarte de los humillados y ofendidos de dostoievski...
el 22 de marzo del año pasado, por la noche, tuve una aventura por demás extraña. me había pasado el día recorriendo la ciudad en busca de alojamiento. el que tenía era demasiado húmedo, y en aquellas fechas la tos ya no me dejaba en paz.
dostoievski (humillados y ofendidos)
y así comienza esta novela... el que habla es iván petróvich (vania) que encuentra piso de la manera más extraña...
y busco las palabras para hablarte de esta novela (que es una de las que
más me han impresionado últimamente) y la verdad es que no las
encuentro, pero tengo por ahí una cita, que puede que me sirva... y es
que dice anna griegorievna dostoiévskaia en sus memorias sobre esta
novela (que leyó antes de conocer al que después sería su marido)
"como tenía mucha fantasía, los
protagonistas de las novelas se convirtieron para mí en seres vivos:
odiaba al príncipe valkovski, detestaba a aliosha por su falta de
voluntad compadecía al viejo ichménev, sufría sinceramente con la
desgraciada nelly y no quería a natasha..."
y la verdad es que he de decirte que suscribo cada una de sus
palabras... porquelo cierto es que los protagonistas de esta historia se
convirtieron en seres vivos... yo también odié al príncipe valkovski (y
te diré que además de odiarlo le cogí mucho asco) y detesté con todas
mis fuerzas a aliosha (ya sabes que si hay algo que no soporto es a esos
personajes que hacen daño casi sin darse cuenta, esos personajes a los
que zarandearías si tuvieras delante), compadecí al pobre ichménev y a
su dulce esposa (que dolor la escena de la medalla!), sufrí por nelly
(como por aquella otra nelly de la tienda de antigüedades)
y he de admitir que natacha no fue precisamente santa de mi devoción...
pero sobretodo me encantó iván petrovich, el narrador... al que me
imagino que anna grigorievna dostoiévskaia no nombró por intuir, como
yo, que se trataba del mismo dostoievski, al que ella le hablaba...
una maravilla... aunque imagino que no hará falta que te lo diga... que me dejó bastante tocada...
y antes de cortar y cerrar te voy a dejar otra cita de esta maravillosa y
triste novela... una cita que creo que resume bien lo que era para
dostoievski la escritura...
el simple mecanismo de la escritura tiene para mí su valor: me calma, aplaca mis nervios, despierta mis antiguos hábitos de escritor, orienta mis recuerdos y mis ensueños dolorosos hacia el trabajo, hacia la acción.
dostoievski (humillados y ofendidos)
y ahora corto y cierro...
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