sobre ruiseñores...

jueves, y te escribo desde el despacho, después de una de las noches más devastadoras que puedo recordar...

ni la caja hecha, ni el correo abierto ni entregado, ni ganas de hacer nada, ni fuerzas para intentarlo, para qué negarlo?...

las pesadillas siguen martirizándome por las noches... hasta el punto de que a eso de las seis de la mañana he decidido no volver a dormirme ya... aunque no sé si ha sido peor el remedio o la enfermedad... ya que la casandra que llevo dentro se ha dedicado a contarme, como si fuera una novela que no escribiré, las cosas que pasarán cuando troya empiece a arder... 

desvario... lo sé... pero es tan inevitable como que me refugie en estos tecleos, para de alguna manera, intentar no ahogarme...


así que a modo de tabla de salvación te contaré que estuve leyendo para un ruiseñor de maria van rysselberghe... 



sueño de los demás, liberación precaria que provoca una audacia temerosa que camina de puntillas. desde el borde de mi espaciosa cama, en la que duerme la confianza, me deslizo con una tensa precaución hasta la ventana abierta bañada de luna cuya indiscreta claridad se derrama sobre mi hombro y me sosiega. pero cómo podría mantener tumbada entre sombras, el esplendor de mi corazón, que quiere despertar?

maria van rysselberghe (para un ruiseñor)


y así empieza maria van rysselberghe este diálogo con un ruiseñor... porque es a un ruiseñor al que le cuenta la historia de ese amor que ya nos contó en aquel inolvidable hace cuarenta años (esa historia que tú me regalaste y que después te regalé yo...)

y en esta historia, de un lirismo tal que parece un poema, la rysselberghe nos contara como avanza por el umbral inviolable y abrasador de la vida secreta, esa que no tiene derecho a mostrar su rostro... como en ese amargo camino que recorre ella sola, es indispensable llevar estrictamente la verdad, y con un paso tan ligero que apenas toque el suelo...

y le dice al ruiseñor: "cantas, creo, durante los primeros delirios del amor." y le dice que ella solamente conoció esos, de ahí que estén escritos en ella con un trazo tan puro, sin retoques y sin una sola muestra de desgaste...

y le habla al ruiseñor de la memoria... de como a veces es ella la que nos posee, nos domina y derrama todos sus prodigios al mismo tiempo sobre nosotros, queramos o no; y como a veces somos nosotros quienes la poseemos a ella, obligándola a que responda a nuestras llamadas y ordenando a nuestro gusto lo que nos procura, ofreciéndonos seguras prendas contra el olvido...

preciosa memoria, más fuerte que los elementos destructores, que nos modelas con los reflejos que conservas, depósito sin fondo, con los reflejos que conservas, depósito sin fondo, lleno de incalculables resonancias, tú nos devuelves el espejo que recupera los instantes más fugaces...

y se dirige al ruiseñor encorvada de fragilidad y con los labios quemados por la sal del llanto... para preguntarse dónde están los grandes versos y las risas, y los hermosos descubrimientos que se hacen de uno mismo? dónde su corazón latiendo deprisa por ese compromiso apasionado más fuerte que el deseo, y el silencio de las dunas donde asaltaba el amor?...



pero ya llega el lívido fulgor que anuncia el alba; su velo ceniciento va a cubrir las brasas ardientes de mi corazón. Y durante la próxima noche, el fuerte viento marino que sopla en mis sueños las reavivará de nuevo.


una preciosa maravilla... 


corto y cierro... que voy a ver si encuentro las fuerzas para reiniciarme...

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