sobre que es martes, stendhal y mi último trauma...

martes y te escribo desde el despacho...


martes con la caja hecha y las facturas y los listados en sus correspondientes carpetas; el correo abierto, impreso y entregado; y ya he separado los recibos de sus copias; y tengo los talones firmados... ahora solo me falta separar los giros por vencimiento, y meter los talones en sobres...


y es que la tarde de ayer fue caótica y productiva... tenía que hacer talones, pero antes estuve sentando facturas... y como además era día de postfacturación, tuve que confirmar la facturación, y hacer los listados y sacar los recibos y sumarlos para comparar los totales y quedarme tranquila... y guardar cada cosa en su sitio...


así que sí... llegué a casa agotada... y hoy me he encontrado todo lo que se quedó pendiente encima de mi mesa... pero como ves, poco a poco, voy acabando las cosas que se quedaron a medias y mi mesa está cada vez más despejada... calculo que para la hora de comer, habré conseguido terminar lo que tengo empezado... claro que seguro que nuevas tareas vienen a sustituir a las presentes... porque como bien sabes, en este despacho son extraños los momentos de calma...





martes y yo hoy debería hablarte de mi último gran trauma: féder o el marido adinerado, novela de stendhal que llevaba tiempo queriendo leer (más o menos desde que leí el título en la pestaña de la contraportada de aquella novela de madame de staël que como era de la editorial funambulista, anunciaba otros títulos de la misma editorial...)


y es que ya sabes que stendhal es uno de mis grandes amores desde que leí su cartuja de parma hace muchos años y me enamoré de fabrizio y de él... sabes que desde entonces he leído todo lo que he encontrado de él (desde su gran el rojo y el negro, a aquel pequeño armancia, pasando por sus paseos por roma y sus crónicas italianas...), así que al descubrir esta novela, quise tenerla... y aunque he tardado unos años en conseguirla, por fin la encontré por internet y pedí que me la enviaran... el trauma?... que está inacabada...


y he leído novelas inacabadas antes (ahora mismo me viene a la cabez aquel grillo del hogar que tanto me traumatizó en su momento), ese no es tanto el problema, como que considero que si bien es lícito publicar una novela inacabada teniendo en cuenta que todo lo que escribió stendhal tiene su interés; creo que al menos deberían avisarlo en algún momento...


porque en esta novela la editorial funambulista pone en la portada que es la novela más irónica de stendhal, pero olvidan decirte que no tiene final... y si bien es cierto que tienen el detalle de ofrecer un final alternativo (escrito al parecer por una experta en stendhal...) admito que quedé tan traumatizada cuando el libro terminó en mitad de una frase, que no quise leer ese final (llámame tiquismiquis, pero si no lo escribió él, no me interesan las especulaciones sobre lo que habría podido ser...)


así que me encuentro ante un dilema... porque si bien es cierto que lo que leí me gustó, el regusto amargo de quedarme a medias, es lo que recuerdo cuando pienso en esta novela...


e insisto en que creo que al menos deberían avisarte de que la novela no tiene final (o de que stendhal no escribió el final) antes de empezar la lectura... y así con todos los datos, una decide si quiere o no arriesgarse a quedarse con la duda de que como acabará la historia de féder y de valentine (que es como se llama la chica...)





sí que me quedo con un trocito de esta historia... quizás porque siempre he considerado que ese era precisamente uno de mis defectos, y leer que stendhal (o féder) lo consideraba atractivo, quieras que no, me hizo sonreir...






ya hemos dicho que valentine carecía de experiencia en la vida. tenía, en cambio, aquello que por desgracia hace que una mujer resulte tan atractiva: con los ojos y el contorno de la boca expresaba en cualquier instante todo lo que su alma sentía.

stendhal (féder o el marido adinerado)





y ahora corto y cierro... que tendré que seguir acabando todo lo que tengo empezado...


mañana si tengo tiempo te contaré como hice las paces con la editorial funambulista... que a pesar del presente trauma, me sigue encantando...


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