sobre viernes y un poema...

viernes (por fin!) y te escribo desde el despacho...


pero la verdad es que no estoy muy flamenca y tampoco ando muy inspirada...


así que me vas a permitir que simplemente copie un poema de carmen conde, que encontré en la antología de la torremozas, memoria puesta en olvido, que me leí hace unos días... porque hoy no tengo nada que contarte... y porque además las palabras hoy se niegan a ordenárseme...






destino



los caminos llegaban lentamente a su fin:

no cantaban dichosos, pájaros ni ríos.

todo iba dejando en el polvo señales

del triste desaliento que lleva lo que acaba.

abrió la tierra un agua que vino transparente,

imprevistos rosales salieron ante el paso

de quien ya no creía vivir más primaveras.

era hermoso sentir y crecer en el mundo

que ahora parecía como recién nacido.

habría que gritar, no te vayas, momento!,

por si sólo era uno y no la vida entera.

ya no había final sino que era el comienzo

de lo no presentido; encontrar el amor

sin su trágica faz ni su ciego dominio,

aunque sí que llegaba con destino de dueño.

quién podría rechazar la flor o la manzana

en nombre del temor a que pronto murieran,

si aquel hondo vivir sin vivir plenamente

resucita al final con la fuerza de acero?

ni mirar los caminos pasados o futuros:

hundirse en aquel agua y alimentar con celo

un tiempo que, vencido, ya no era amenaza

porque formaba parte de la domada tierra.

qué importaba morir si aquello llegaba

en el justo momento de poder olvidar?

carmen conde (memoria puesta en olvido)





y ahora corto y cierro... que mira la hora que es y nonó y yo aún no me hemos desayunado, así que voy a ir a hablar con ella, a ver si esperamos cinco minutos más a que lleguen los refuerzos, o si hoy desayunamos por turnos... porque el caso es que yo voy necesitando ya un café...

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