sobre mujeres y cafés...

jueves (aunque parezca increíble, porque yo llevo desde que me he levantado pensando que era sábado) y te escribo desde el despacho...


te escribo desde el despacho, cayéndome de sueño (culpa mía) porque anoche, aunque me juré a mí misma que sólo leería un capítulo del libro que ando leyendo, la verdad es que no sé cuantos capítulos fueron (pero ya te digo que uno seguro que no...), y cuando me di cuenta de la hora que era, ya era bastante tarde...


jueves, y al sueño que tengo le podrías añadir que tengo hambre... y necesito un café... pero la jefa ha salido, y hasta que no vuelva, nonó y yo no podemos irnos a desayunar...





y he tenido que interrumpir mis tecleos, porque hemos tenido movida en la tienda... un cliente se ha encarado con uno de mis compañeros, porque no le queríamos devolver el dinero, y después de amenazarle con saltar el mostrador y hacer que se tragara las gafas, nos ha mandado muy lejos, ha insultado a nuestras madres, y cuando intentaba entrar detrás del mostrador para partirle la cara a quien fuera (según sus propias palabras) mientras mi madre le intentaba parar, la pobre, porque estaba en ese momento justo por donde se entra, y gritaba que alguien llamase a la policía, yo he llamado al cero noventa y dos, y aunque el cliente gritaba que no le daba miedo que llamásemos a la policía o quien quisiéramos, la verdad es que se ha ido, amezando con esperarnos en la puerta un día de estos... así que cuando la policía local ha llegado, estábamos todos muy nerviosos, pero con la crisis ya solucionada... claro que ahora no se habla de otra cosa... y ya le hemos dicho a mi madre que no se vuelva a meter por medio, pase lo que pase... que la gente está muy loca, y muy alterada, y que es mejor prevenir que curar, y esas cosas...





así que aunque yo venía a contarte que estuve leyéndome una antología de la editorial torremozas sobre mujeres y café, en la que hay varios poemas de distintas autoras, todas con el tema central del café en sus poemas... me vas a permitir que te copie un poema de ernestina de champourcin, y que corte y cierre... porque la verdad de las verdades es que yo no sé si necesito un café o una tila... lo que está claro es que me voy a la puerta a fumarme un cigarrillo a ver si me tranquilizo...








y por fin un café

sin prisas y sin miedo,

pero una taza es poco

para tanta sed junta.



la gitana nos pide

monedas para un sello.

escribir o llamar?

surgen de todas partes

tarjetas y telegramas.



y ahora qué y hacia donde?

todavía hay quien mira

nervioso el cielo claro.



ernestina champourcin

 





corto y cierro...

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