madame roland fue guillotinada el 10 de noviembre de 1793. tenía treinta y nueve años. quienes la vieron subir al cadalso, elegantemente vestida de blanco, afirman que lo hizo con tranquilidad y magnífico ánimo. tanto que le permitió al otro condenado que la acompañaba en la carreta, lloroso y aterrado, que accediese a la guillotina antes que ella, para acabar así de inmediato con su sufrimiento. a punto de morir, miró hacia la estatua de la libertad que adornaba aquella place de la république (hoy de la concorde) y exclamó: "oh, libertad! cuántos crímenes se cometen en tu nombre!". eran muchos los que la querían y lloraron por ella, pero muchos también los que se alegraron de la muerte de una de las personas más influyentes de la facción revolucionaria de los girondinos. porque aquella mujer valiente y decidida no era una aristócrata, ni siquiera una monárquica. era una republicana convencida, que había puesto toda su inteligencia, su enorme cultura y su talento al servicio de la revolución y de la feliz idea de lograr un mejor gobierno para el pueblo. una víctima más de la lucha por el poder entre quienes trataban de construir un mundo nuevo.
del prólogo de ángeles caso a las "memorias privadas" de madame roland
ya sabes que no soy muy de prólogos, pero en el caso del prólogo a las "memorias privadas" de madame roland, escrito por ángeles caso, hice una excepción... y anoche, mientras copiaba citas en los borradores para hablarte de este libro que leí hace un par de semanas, pensé que mejor que contarte yo quien fue madame roland, sería dejar que te lo contara ángeles caso...
unas memorias privadas que madame roland (o manon, que ella misma dice que era como la llamaban sus allegados) escribió en la cárcel mientras esperaba que la condenaran a morir guillotinada por una causa en la que había creído, pero que en el año noventa y tres había degenerado en el terror (ese terror que tan bien nos contó víctor hugo en su novela homónima... y que tan bien retrató dickens en su historia de dos ciudades, de cuyo final me acordé leyendo el prólogo...)
unas memorias en las que madame roland nos habla de su infancia, de su padre, y sobretodo de su madre... unas memorias en las que nos habla de sus lecturas (que fueron muy tempranas y variadas...), nos habla de su estancia en el convento, de sus pretendientes, de la muerte de su madre y ya al final, esbozado de manera rápida porque el tiempo se acababa, de como conoció al que sería su esposo...
unas memorias que nos hablan de una mujer valiente y consecuente... con una inteligencia y una sutileza que me han fascinado... unas memorias que lejos de ser revanchistas, se dedican a hablarnos del pasado, como si la autora intentase escapar de la cárcel en la que está, y del destino que le espera, o al menos olvidarlos, mientras se pierde en sus recuerdos y los pone en palabras...
en la prisión de sainte-pélagie,
9 de agosto de 1793.
hija de artista, esposa de un sabio que llegó a ministro y siguió siendo un hombre de bien, hoy prisionera destinada tal vez a una muerte violenta e inopinada, he conocido la dicha y la adversidad, he visto de cerca la gloria y sufrido la injusticia.
nacida en una familia de extracción baja, pero de padres honestos, pasé mi juventud en el seno de las bellas artes, alimentada por los placeres del estudio, sin conocer más superioridad que la del mérito, ni más grandeza que la de la virtud.
madame roland
una autentica maravilla, haber encontrado por azar (no recuerdo a cual de mis madames estaba buscando cuando me apareció ella) este libro de la editorial siruela, que es una preciosidad y que me ha dado una visión de la revolución francesa con la que aún no contaba... y que añade una nueva escritora a mi pequeño palacio de vocabulario...
una verdadera joya...
pd. y hoy es martes y te escribo desde el despacho, pero la mañana hasta ahora ha sido tan caótica que prefiero no contártela...
además, no sé porque, para este post necesitaba recuperar esa manera de contar las cosas que hace tiempo usaba...
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