sobre jueves y lo que carmen martín gaite me contó sobre los usos amorosos de la postguerra...

jueves, te escribo desde el despacho y la cuenta atrás ya va por el dos...


jueves, y aquí estamos ultimando los detalles para dejarlo todo atado antes de irnos de vacaciones... así que reviso los posits de la pantalla del ordenador para ver que he hecho, que no, que puedo ir haciendo, y que conviene dejar para el último momento...


y ya he terminado con el mes de julio (esta vez no he podido esperar al día diez, porque el día diez ya no estaremos), así que ayer di por terminado el mes pasado y senté las primeras facturas de este extraño mes de agosto... hice cobros y pagos, y tengo los talones metidos en sobres esperando que decidamos que hacer con ellos (si mandarlos o si no, dependiendo de si los proveedores están abiertos o cerrados), y ahora tengo que decidir que hacer con las remesas que llevan desde el día uno esperando que decida que hacer con ellas, porque las fusiones de los bancos es lo que tienen, que te cambian las rutinas, sin pensar, y yo ahora me encuentro en pleno periodo prevacacional, con que no puedo hacer las cosas como las llevo haciendo toda la vida, y con que los nuevos plazos de los bancos para subir ficheros y firmarlos, no han contado con que una tiene quince días de vacaciones... así que dándole vueltas a qué hacer con la incompatibilidad existente entre que hay diez días para firmar los ficheros, pero que yo en quince días no podré subirlos... ya veremos lo que hacemos...





pero cambiando de tema, que las penurias de una secretaria antes de irse de vacaciones, digo yo que ya te estarán cansando un poco, yo lo que quería contarte es que estuve leyendo los "usos amorosos de la postguerra española" de carmen martín gaite... ese ensayo editado por anagrama en sus compactos que compré hace unos días cuando fui a buscar el libro que me encargó la abuela tras comprobar que en mi edición, la letra era pequeña...


y dice la martín gaite en la introducción de este ensayo que: "siempre que el hombre ha dirigido su interés hacia cualquier época del pasado y ha tratado de orientarse en ella, como quien se abre camino a tientas por una habitación oscura, se ha sentido un tanto insatisfecho en su curiosidad con los datos que le proporcionan las reseñas de batallas, contiendas religiosas, gestiones diplomáticas, motines, precios del trigo o cambios de dinastía, por muy convincente y bien ordenada que se le ofrezca la crónica de estos acontecimientos fluctuantes. y se ha preguntado en algún momento: "pero bueno, esa gente que iba a la guerra, que se aglomeraba en las iglesias y en las manifestaciones, cómo era en realidad?, cómo se relacionaba y se vestía, qué echaba de menos, con arreglo a qué cánones se amaba? y sobre todo, cuáles eran las normas que presidían su educación?"


y es precisamente a esas preguntas a las que carmen martín gaite va dando respuesta en este ensayo... tirando de recuerdos y de documentación de la época (como los consultorios sentimentales que tenían las revistas femeninas) nos irá contando cuales eran las normas que se intentaba que presidieran la educación de las jóvenes de la postguerra española... aunque dichas normas a veces se contradijesen entre sí... y aunque a veces la estadística hiciese imposible que se cumplieran...


y te diré que me ha encantado... y antes de cortar y cerrar me vas a dejar que te copie un pedacito que me hizo sonreir... habla de las novelas que se escribían para las mujeres y que las mujeres leían, pero sobre las que se prevenía a las jóvenes, no fueran a buscar en la realidad lo que la literatura les contaba...








este debate sobre si la vida era o no una añagaza de novela no impidió que las mujeres siguieran leyéndolas, sobre todo porque la mayoría de las que se publicaban iban destinadas a ellas. y esto ya lo sabían todos los autores del mundo desde hacía más de un siglo, incluidos los que pretendieron, como flaubert o clarín (por citar solamente dos casos), transmitir mediante sus ficciones el mensaje de lo perjudicial que podía ser para una mujer vivir alimentándose de novelas.

"si las mujeres dejaran de leer de pronto -había escrito un humorista español-, todos los que nos ganamos la vida escribiendo tendríamos que emigrar al niger."

carmen martín gaite (usos amorosos de la postguerra española)






y ahora corto y cierro, que entre todas las cosas por hacer acaba de surgirnos un imprevisto, y no puedo seguir escribiendo...





No hay comentarios:

Publicar un comentario