sobre un poema de violeta parra...

viernes (por fin!) y te escribo desde el despacho...


viernes y la semana parece que por fin se va estabilizando... casi, casi he terminado todo lo que tenía empezado... así que me voy centrando... y espero que para mañana quedarán todos los temas cerrados y podré irme de fin de semana con la conciencia tranquila y sin tener que recordarme nada urgente para hacer el lunes a primera hora...





viernes y yo quería contarte que el domingo pasado estuve leyendo violeta del pueblo, un poemario de la visor que compré en esa librería que está en la esquina de parís con valencia, el sábado cuando iba camino de la residencia, y que reune algunos de los poemas y canciones de violeta parra... a la que hasta ahora sólo había escuchado, pero nunca había tenido el placer de leer...


y como para hablar de poesía creo que no hay nada mejor que la poesía misma, me vas a permitir que te copie aquí uno de sus poemas... porque ya sabes que yo no sé nada de literatura... pero me gusta copiar citas (quizás porque a fuerza de copiar aprendí cuando tocaba la be y cuando la uve, y que palabras se escribían con hache o sin ella...)


te dejo aquí el poema...






por qué será, dios del cielo?

 

por qué será, dios del cielo,

que no se resigna el alma

cuando nos cambian la calma

por olas de desconsuelo?

tal vez sea por orgullo

del que recibe la afrenta,

porque la pena es inmensa

de ver desecho el capullo.

por no escuchar el arrullo

les brota la indiferencia.



se llora a lágrima ardiente

la ausencia del ser querido,

el corazón conmovido

palpita ligeramente

de verse tan de repente

solito en su gran desvelo,

como un barquito velero

que pierde su capitán

en brazos del huracán

por qué será, dios del cielo?



todos hablan del verano,

todos de la primavera,

de la luna, de la estrella

y del cielo arrebolado,

como si el enamorado

que pondera tanto azul

tuviera en sí la virtud

de la dicha eternamente,

cuando sólo de repente

se escucha el son del laúd.



la tristeza es un infierno

que nos oprime a su antojo,

como pájaro goloso

muerde las flores brillantes.

el alma es el gobernante

que rige las estaciones,

correspondido en amores

el ser se convierte en sol

y en negro el bello arrebol

si el hombre está en aflicción.

violeta parra





y ahora corto y cierro, que acaba de volver el jefe y creo que quiere algo...

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