sobre tres maneras de estar sola...

jueves y te escribo desde el despacho...


jueves y más tranquila, quizás porque tenías razón y ya es jueves... quizás porque el miércoles me vino bien para redimensionar mis dramas... quizás porque mañana es viernes y eso, quieras que no, augura magia... el caso es que es jueves, y yo, como te decía, estoy más tranquila... y aunque hay muchas cosas por hacer (la mañana ha empezado intensa, y pese a que sólo llevo un café, yo ya estoy mas que despierta...) haré lo que pueda... porque es jueves y creo que es un buen día para asumir mis limitaciones, convencerme de que por mucho que quiera, no me da tiempo a todo, y que por mas que me pese, no poseo el don de la ubicuidad... así que hasta donde llegue, llego... y el resto ya lo iremos viendo...





jueves y me vas a dejar que te cuente que la semana pasada estuve leyendo tres maneras de estar sola de la poetisa alemana mascha kaléko... poetisa de la que había leído algo en un artículo del periódico y de la que había leido algún que otro poema en el blog de emma gunst (todo un cofre del tesoro), y a la que recordé buscando algo... así que pedí que me enviaran este precioso libro de la editorial renacimiento, al despacho... y fue llegar y leerlo... porque me gustaba lo que había leído de ella... y porque sus maneras de estar sola, enganchan...


y como muestra te dejo este poema a modo de botón...






por una vez tendría

por una vez tendría que echar a rodar una
sus cuatro cosas fuera de estos carriles llanos.
debería cambiar una de aires
y, anónima, marcharse muy temprano.

tendría que dejar de coger el tranvía
justo a las ocho y diez como normalmente.
debería fingirse espiga o árbol
como si así hubiera sido siempre.

tendría que dejarse de reuniones,
de porcentajes o del polvo en los archivos;
debería olvidar confesiones y rangos,
de la vida un buen día hacer novillos.

naturaleza hay casi por todas partes
(no debe ocuparse una mucho de ella)
los prados, pese a los paseos de domingos
y días laborables, florecen sin problema.

una trota tan triste con su trote.
los otros se percatan de que una debiera...
es casi como estar en solitario
ante el querido dios y en lista negra.

sacó en la vida un premio; fue "de segunda fila".
suena el despertador; se posponen los planes.
con cautela una embala su pequeño ideal.
por una vez tendría... (ver arriba!)
mascha kaléko (tres maneras de estar sola)





quizás porque creo que por una vez tendría que hacer precisamente eso... pero cada mañana suena el despertador y pospongo los planes... tiro de rutinas... y me prometo que por una vez tendría... (ver arriba!)





y ahora corto y cierro... que aunque ya he asumido que no lo puedo hacer todo, digo yo que algo tendré que ir haciendo...

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