y digo intento, porque hoy tengo uno de esos días (no sé si rojo o directamente negro) en los que las faenas se acumulan, las consultas absurdas por mail se multiplican, y a mí se me pierden mis motivos sin remedio cuando la voz se me pierde entre fotocopias y olvido que los porques y los comos, no necesariamente son lo mismo...
(lo sé, no se me entiende, pero es que mis palabras se me han desordenado y no tengo ganas de intentar ordenarlas esta mañana...)
y yo venía a contarte que anoche estuve viendo doctor zhivago por enésima vez y que por enésima vez lloré cuando él sube corriendo las escaleras y rompe la ventana para ver el trineo alejandose... y volví a llorar cuando él se baja del tranvía y con ese final tan anna karenina (por aquello de que empieza en el tranvía aunque ellos no se den cuenta, y termina en el tranvía de manera trágica...)
te diría que esta es una de mis películas especiales... una de esas que con los años ha ido cambiando los sentimientos que me despiertan algunas escenas... quizás porque con los años vamos cambiando, y somos capaces de hacer lecturas que antes no hacíamos... somos capaces de comprender a los personajes en momentos en los que quizás las primeras veces eramos mas duros... mas intransigentes... y los dolores van cambiando, porque vamos teniendo cicatrices que no teníamos antes... y lo que antes quizás nos dolía por un motivo, ahora nos duele por otro distinto...
(como ves, hoy no soy capaz de explicarme bien... así que creo que voy a ir cortando y cerrando... pero antes te diré que llevo toda la mañana tarareando el tema de lara... algo probablemente inevitable después de ver la peli... y te diré que he soñado con palacios de hielo... porque entre tú y yo, te diré que desde pequeña, esa es mi parte favorita... ese tiempo fuera del tiempo, cuando los días ya están contandos... en una mansión helada que conserva un par de habitaciones habitables donde apurar el tiempo que queda, antes de separarse...)
y ahora sí corto y cierro...
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