te escribo desde el despacho, con una migraña que me ha dado mala noche y que al parecer no se quiere ir... y con esta sensación de absurdidad... porque es lunes otra vez, y este retomar rutinas se me atoja casi absurdo... y ya tengo la caja hecha... y tenemos la facturación a medias... pero mi compañera no ha venido, y el sábado no pudo terminar su parte, y hasta que no termine su parte, yo no puedo hacer la mía... así que casi las diez de la mañana, la facturación del treinta y uno sin hacer, y sin albaranes que meter, ni nada útil que hacer...
lunes y yo hoy venía a contarte que anoche estuve viendo extraños en un tren... sí, la de hitchcock... esa en la que el pobre farley granger, se sube a un tren, y conoce a un tipo un poco raro, que no es otro que robert walker... y que mientras almuerzan le propone intercambiar asesinatos, porque el desconocido sabe de la vida del pobre farley granger por la prensa... y sabe que está casado, pero que se quiere divorciar para casarse con ruth roman... el caso es que farley granger no se lo toma en serio, pero el robert walker, se va a buscar a su mujer y la mata... y entonces le pide que a cambio, mate a su padre... y claro, el otro, pobre, no quiere matar a nadie... y la policía sospecha de él, así que no puede contarles la verdad, porque no le iba a creer nadie...
bueno, nadie no... le cree su prometida... claro que la pobre, intentando ayudar lo lía todo mas...
y me parece espectacular ese enseñarnos el crimen a través de las gafas en el suelo... y ese momento tenis, con todos los espectadores moviendo la cabeza a un lado y a otro, y el robert walker quieto... o la escena de las escaleras... o la del perro... por no hablar de ese momento trance en la fiesta... o de como sólo hitchcock es capaz de hacernos sufrir tanto con un partido de tenis...
y mención especial para marion lorne... porque aunque aparece poco, su personaje me encanta...
y ahora corto y cierro...
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