sobre dos poemas (dos) de (ossip) mandelstam...

miércoles y te escribo desde el despacho, claro...


miércoles y yo ya tengo la caja hecha, los mails colocados donde corresponda, he pasado un presupuesto, he consultado unos stocks, y tengo los talones esperando ser firmados, sólo que no los puedo firmar yo... ah! y he recibido un libro que pedí hace tiempo, y que había olvidado por completo...


y poco o nada que contarte... que ayer metí tres albaranes de los complicados, que senté facturas hasta fecha veinte (ya te dije que me estoy volviendo cada día más maniática) y que aún así conseguí salir antes para ir a ver un rato a la abuela y llevarle unos encargos...


la abuela bien, gracias... yo, la verdad, es que algo cansada...


y te diré también que hoy he amanecido cruzada, lo que no sé es porque, y la mañana no parece que me ayude... y que es la segunda vez que abro el editor y me busco las palabras... y aunque sigo sin entender que hago aquí, y hace un momento se me han perdido los motivos... aquí me tienes... casi por inercia... con el editor abierto y buscando que contarte...





así que te contaré que la semana pasada estuve leyendo un libro de poesía que compré de ossip mandelstam (el marido de nadiezhda), ese al que buscaba (después de leer las prosas de la ajmátova) cuando encontré aquella preciosidad que es contra toda esperanza... 


y te diré que este libro contiene tres poemarios: la piedra, tristia y los cuadernos de voronesh... los tres poemarios que mandelstam publicó en vida...






4

 

más tierno tu semblante

que la ternura

y tu mano más blanca

que la blancura

tú estás lejana

de todo el mundo,

y de lo inevitable

todo lo tuyo.



de lo inevitable,

tu dolor,

y los dedos de la mano

que no pierden su calor

y el rumor apagado

de un parloteo ocioso

y a lo lejos

tus ojos.

ossip mandelstam








y este es uno de los primeros poemas de mandelstam, uno de los poemas de la piedra... uno de esos poemas de juventud que mientras los leía me hacían recordar esa parte de las memorias de nadiezhda, en las que cuenta que una mujer que regresó tras largos años de exilio por diversos campos, le contó que ella y sus compañeras de infortunio buscaban consuelo en las poesías que ella, por suerte, recordaba de memoria; que les gustaban, sobre todo, los poemas juveniles de mandelstam...


y me conmovió quizás porque de sobra conozco ese consuelo... esos versos que a veces vienen a salvarte, como si de plegarias paganas se tratase...


y te diré que ha sido extraño leer a mandelstam y reconocer su historia en sus versos... ver como cambiaban los poemas a medida que la vida se le iba complicando...


por eso me vas a permitir que te copie otro poema... uno de los últimos publicados... uno de los que conforman esos cuadernos de voronesh, que ya antes de leerlos me eran tan familiares... porque quizás eso es lo que mas me ha impresionado de este libro... ese ver como mandelstam se refleja a sí mismo y al tiempo que le tocó vivir en sus poemas...






XXIV



me asombraré del mundo un poco aún,

de los niños y de la nieve,

mas la sonrisa auténtica, como el camino,

nada servil, desobediente.

ossip mandelstam





(y es que, no sé porqué, pero este poema me hizo pensar en ti...)





y ahora corto y cierro... que aunque no tengo nada urgente que hacer, voy a ver, porque seguro que algo aparece...

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