sobre sábados extrañamente tranquilos y un poema...

sábado y en el despacho... en una de esas mañanas de calma extrañas, en las que aunque hay cosas por hacer, la urgencia ha desaparecido, y hay que esperar para retomar las prisas...


y es que ayer terminé de sentar el dos mil doce... ya están todas las facturas contabilizadas y donde deben estar... y aunque ya hay facturas del dos mil trece esperando ser sentadas, la verdad es que la experiencia me dice que lo mejor será esperar hasta el lunes o el martes, no vaya a llegar alguna factura retrasada con la que no hayamos contado y por las prisas no podamos sentarla en el año que le corresponde...


y tengo la caja hecha y los talones para meter en sobres, pero como hasta el lunes no los mandaremos, me lo tomo con calma... y como es sábado y los sábados las agencias de transporte no trabajan, no hay albaranes que meter... y como ayer estuve archivando, no hay nada fuera de sitio que recolocar... y por no entrar, no entran ni correos electrónicos... que los sábados lo único que llega a la bandeja de entrada son publicidades varias... así que como te decía, estoy en una de esas mañanas de calmas extrañas en las que hasta el teléfono parece haberse dormido de puro aburrimiento, y yo ya estoy pensando en ir a la máquina del clooney a prepararme el segundo café de la mañana, que tanta calma va a conseguir que me duerma encima de mi mesa (a la manera de mi compañera...)





así que aprovechando esta extraña calma, voy a copiarte otro de los poemas de la antología volver de la editorial torremozas... esta vez un poema de fidela matheu y adrián... una poetisa puertorriqueña de finales del siglo diecinueve y principios del veinte...






silencio





silencio corazón, no se evapore

de tu amor el perfume misterioso.

silencio! que no salga en la mirada

un rayo de él, a iluminar los ojos;



que huérfano y sin nombre cual naciera

muera y se extinga en el ardiente seno;

mas, ay, si tan sublime, tan hermoso!

que dicha inmensa de sentirle siento.



alma del alma; corazón que luchas

con los furores de la suerte mía,

guarda ocultas tus bellas ilusiones,

que los aires del mundo las marchitan.

fidela matheu y adrián 









que me gustó quizás porque esa parte que tengo de la maga, sabe que "lo que pasa es que la felicidad es solamente de uno" y que precisamente por eso hay que callarla y guardarla para que los aires del mundo no la puedan marchitar...





y ahora corto y cierro... que voy a ver si me hago otro cortadito y me despejo un poco...

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