sobre los líos de una jefecilla en funciones y la muerte del corazón de elizabeth bowen...

miércoles y hoy estoy de jefecilla en funciones... los jefes se han ido, y me han dejado las llaves del castillo, y un lío de albaranes que no es normal... así que después de un rato mirando fijamente los albaranes, intentando entender que ha entrado, que no ha entrado, y que recepción casa con cada factura, me doy por vencida... pasado mañana cuando vuelva el jefe, que se lo mire tranquilamente, porque yo de verdad que no soy capaz de entender nada... quizás si me tomo otro café...


y tengo también el resumen del banco, y tendría que estar buscando los presupuestos, y los recibos correspondientes... y hacer las facturas, en caso necesario... ya que hoy es día de post facturación y esta tarde bastante tendré con las remesas, los recibos y demás, como para saber que no podré hacer nada mas...


pero como vez, aquí estoy... buscándome las palabras...





porque hoy quería contarte que hay libros que queremos antes de saber de ellos... que hay libros que son nuestros, incluso antes de conocerlos... y que alguien sepa eso... eso quizás es lo mas increible de todo...


el libro del que estoy hablando es la muerte del corazón de elizabeth bowen... mi regalo de reyes... y me vas a permitir que te copie el principio (ese principio que dijiste que demostraba que la bowen era una de las mías...)






el hielo de esa mañana, apenas una frágil costra, se había quebrado y flotaba en pedazos. los pequeños bloques chocaban o se separaban formando unos canales de agua oscura por los que unos cisnes nadaban con lenta indignación. las islas se recortaban en el crepúsculo sombrío, boscoso, helado: eran las tres o las cuatro de la tarde. una especie de hálito de arcilla, procedente de la ciudad se erguía más allá del parque, se condensaba, enturbiando el aire; tras esa atmósfera impura, los árboles alzaban frigidamente sus copas alrededor del lago.

elizabeth bowen (la muerte del corazón)





y así es como empieza esta maravillosa historia... aunque puede que mi historia con este libro empezara mucho antes... hace unos meses cuando me hablaste de él y me preguntaste si conocía a una tal elizabeth bowen... y no, no la conocía... le pregunté a san google y descubrí que la quería... y pasó el tiempo, y tuve que ir de librerías a buscar los regalos navideños, y tuve este libro en la mano, pero mi intuición me dijo que era mejor esperar... que tal vez los reyes me lo traerían (y que de no ser así, siempre podía ir a buscarlo en rebajas...)


y sí... me lo trajeron los reyes... y sí, creo que es una de las mías... una de esas mujeres que me fascinan y que me encanta que tú me descubras...


y me ha encantado esta historia que nos cuenta la historia de portia... me ha encantado ese contar una historia que depende a quien preguntes, le parecerá una cosa... me ha encantado conocer a la pequeña portia, huerfana y acogida por su hermano y su cuñada, que escribe en su diario sin saber todo el daño que le hará descubrir ciertas traiciones...


y quizás me ha gustado porque hace años tuve un diario que decidí borrar con agua, y romper en pedacitos tan pequeños que fuera imposible recomponerlo... quizás porque la dulzura y la indefensión de portia me han llegado al alma... y quizás porque el final (ese final de tensa calma, que me tuvo en vilo hasta tal punto que me sorprendí murmurando y leyendo mas desprisa de lo normal, para saber que decidían hacer, en el momento en el que tienen que tomar decisiones, y el tiempo pasa, y divagan, mientras en la otra punta de londres se espera una respuesta) me sigue pareciendo una genialidad... quizás porque los finales abiertos, que ni son felices ni son desgraciados, sino de esos que marca un punto de no retorno, en el que sabes que los personajes (todos ellos) no volverán a ser los mismos después de esa perdida de la inocencia, que aunque sea inevitable, siempre nos provoca cierta nostalgia triste, me encantan... quizás porque esos finales abiertos que te hacen suspirar por la pena de abandonar un mundo en el que te sentías tan a gusto que hubieras querido quedarte al menos un par de días mas, son los que me gustaría escribir de mayor...


el caso es que ha sido una maravilla (un maravilloso regalo) conocer a elizabeth bowen (de la que por cierto ya tengo encargados sus siete inviernos) y asistir a esa muerte del corazón que de verdad me ha encantado... así que gracias...





y ahora corto y cierro... que digo yo que tendré que empezar a centrarme que el día se presenta antipático...





(que tristeza mas rara tengo, desde que los miércoles han dejado de parecerlo...)

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