sobre lo que va de mañana y las sombras en la hierba de aquella granja en áfrica...

miércoles y te escribo desde el despacho... en una mañana que va cambiando... una mañana que va desde las prisas de buscar e-mails de hace meses, con poca información para las busquedas, a la calma extraña del despacho en silencio, en uno de esos momentos de tregua que da el teléfono...


y apenas son las once y yo ya he encontrado el mail del que te hablaba... he reclamado un cambio de precios, he metido un albarán, he buscado otro mail supuestamente perdido, pero que en realidad nunca llegó, he pedido unos informes y he hecho la caja... todo esto con las interrupciones teléfonicas típicas de este despacho... pues la gente necesita saber si tenemos el material, cuanto le va a costar, nuestro horario y alguno hasta me pregunta mi nombre (para preguntar por mí y no tener que esperar) pero nunca doy el nombre (una mas de mis manías) y además, por mucho que me invoquen, no pienso salir del despacho... que bastante tengo con lo que tengo, como tener encima que salir y atender... además, que odio a las personas que practican el deporte nacional de colarse (no lo puedo evitar) así que ya por teléfono aviso a todo aquel que insinua que viene con prisas, que cuando llegue tendrá que coger número y esperar a que atiendan a los que tenga delante...





en fin... que yo lo que quería era contarte cuanto me gustó el libro de karen blixen (cuyo pseudónimo fue isak dinesen, pero que firma este libro con su nombre de verdad) el de sombras en la hierba...


una preciosidad... como si fuera una especie de apendice de aquellas memorias de áfrica que me la descubrieron... una suerte de retazos de recuerdos de aquella granja en áfrica (ya sabes, "al pie de las colinas del ngnong") en los que la blixen nos va hablando sobre todo de sus sirvientes y de su especial relación con ellos... de sus éxitos y de sus fracasos, y de como, durante años, mantuvo el contacto por carta con algunos de ellos...


y me vas a dejar que te copie el principio... que ya sabes que los colecciono... y que son una cosa que me fascina...






al enfrentarme una vez más ahora, al cabo de veinticinco años, con los episodios de mi vida en áfrica, una figura erguida, cándida y de aspecto gratísimo aparece dándoles paso: es farah aden, mi criado somalí. si algún lector me pregunta por qué no escojo un personaje más relevante, le habré de responder que tal cosa es imposible.

karen blixen (sombras en la hierba)





una maravilla... como una especie de regalo, esto de encontrar esta suerte de relatos adicionales a un libro que nos encantó tanto...


así que sí... ha sido genial volver a esa granja en áfrica al pie de las colinas de ngnong... y volver a disfrutar de las letras de la dinesen (o la blixen)





y ahora corto y cierro...

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