sobre la casa lúgubre...

martes y en el despacho... de jefecilla de emergencia... el jefe se ha tenido que ir un momento... el otro jefe aún no ha llegado... y yo tinc fam, pero hasta que no venga alguien no me puedo mover de este despacho...


(...)


ya han venido los refuerzos y yo me he ido a desayunar... que anoche se me olvidó cenar (o no me apetecía, la verdad es que no estoy segura) y claro... estaba que me caía de desmayo... aunque ya he desayunado y sigo algo mareada... así que digo yo que será la tensión... pero como ves, aquí estoy... trabajando...





aunque yo lo que quería era hablarte de la casa lúgubre de charles dickens... un libro increiblemente maravilloso...


empecé a leerlo el día de nochebuena, y lo terminé la tarde de año nuevo... y ha sido casi lo mejor de las navidades... ese poder sumergirme en esta historia (o historias, que ya sabes como es dickens) y olvidar ausencias y agobios y soledades varias...






londres. apenas ha comenzado el primer trimestre de sesiones, y el lord canciller está en lincoln’s inn hall. crudo tiempo de noviembre. hay tanto lodo en las calles como si las aguas hubiesen retrocedido de nuevo de la faz de la tierra y no resultase sorprendente toparse con un megalosauro, de unos trece metros, balanceándose como un lagarto mastodóntico holborn hill arriba.

charles dickens (la casa lúgubre)








y así empieza dickens a contarnos esta historia, en la que la cancillería es casi un personaje mas... una especie de sombra (o maldición) que trastoca la vida de los personajes que en sus páginas vamos conociendo... como esther summerson, una de las narradoras (porque en esta novela hay dos voces contándonos la historia, lo que no deja de ser sorprendente para la época); y la dulce ada y el pobre richard carstone; y el señor jarndyce (que creo que es uno de mis personajes mas favoritos de todos los tiempos), y la pobre señorita flite (y sus pájaros de nombres extraños); y el señor skimpole (que a ti te encanta, pero al que yo no puedo soportar) y el señor boythorn (que me encanta, y mas en el penúltimo capítulo); y sir leicester dedlock (otro de esos personajes que va ganando a medida que transcurre la novela) y lady dedlock (un personaje que me encanta por su trasfondo), y la prima volumnia (que a mí me hizo muchísima gracia); y la señora jellyby y su hija caddy (que es un amor de personaje), y el pobre señor jellyby y el pequeño peppy, y el prometido y después marido de caddy, prince turveydrop, y su extraño padre (todo un personaje); y el señor tulkinghorn (que es malo, malo, malo); y el pobre señor snagsby (y esas medias coronas) y su celosa esposa (que por sus celos la lía bien liada), y la pobre guster (y sus ataques de nervios), y el pobre jo (que vive en tom-completamente-solo); y el señor guppy (y sus cambios de parecer), y el señor jobling (también llamado weevle, que me cae mejor que su amigo, no me preguntes porqué); y los smallweed (el cruel abuelo, la pobre abuela y los dos nietos); y krook (que con su amontonamiento me recordó por un lado a la tienda de antigüedades y por otro a nuestro común amigo y la herencia de los boffin); y la pequeña charley (y sus hermanos tom y emma); y el señor george (que me encanta mucho), y phil, y los bagnet(y esa manera que tiene él de dejar que su mujer diga exactamente lo que él piensa, para mantener la disciplina, ya sabes...), y la señora rouncewell (una dulzura), y su nieto y su hijo y la dulce rosa, y hortense (otra que es mala, mala, mala y que me recordó un personaje de la pequeña dorrith); y los abogados, el señor kenge y el señor vholes; y el pobre señor gridley (atrapado por la cancillería), y la pobre jenny y su amiga... y el doctor woodcourt claro (del que me habría enamorado de no haberme enamorado antes del señor jarndyce...)


y he reído, he llorado, me he divertido y he tenido el corazón encogido y el alma en vilo leyendo esta maravillosa historia que sólo dickens podía haber escrito... una maravilla, no me canso de decirlo... una maravillosa maravilla que viene a confirmarme algo que ya sabía: que dickens es muy grande y que es uno de mis dioses particulares...


el mismo dice en el prefacio: "en la casa lúgubre me he concentrado deliberadamente en la vertiente novelesca de las cosas cotidianas"... y es que nadie como él para mostrarnos esa vertiente novelesca de las cosas cotidianas... nadie como él para contarnos estas historias que se te enredan en el corazón y que te siguen acompañando, incluso días después de haberlas terminado...


lo dicho... una maravillosa maravilla...







corto y cierro...

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