sobre la acción de gracias de auden y todo lo que me ha contado en estos años...

y ya es jueves, y ya se acaba enero (que no sé a ti, pero a mí este enero se me ha hecho eterno) y te escribo desde el despacho...


ya he desayunado (hoy invitación del jefe a un mini de tortilla de patatas) y aunque estoy que me caigo de sueño (el cortadito creo que todavía no me ha hecho efecto), y preparándome mentalmente para la facturación de esta tarde, hoy la verdad es que me noto mas relajada... no sé si será porque mas o menos todo está controlado (la faena va entrando y la voy sacando...) o porque anoche tuve un rato de terapía de esa de papas y nestea en la cocina de una amiga mientras sus nenes veían dibujos en el salón, y eso quieras que no siempre viene bien para redimensionar dramas... el caso es que como te decía, estoy más relajada... más tranquila... dispuesta a intentar tomarme las cosas menos a la tremenda, y a asumir que no lo puedo controlar todo (mal que me pese), y que hay cosas que es mejor obviar y dejar pasar...





así que hoy me vas a dejar que te copie aquí un poema de auden, del libro gracias, niebla publicado por la pre-textos...






acción de gracias



aún impúber sentí

que los bosques y páramos eran sagrados:

la gente resultaba demasiado profana.



así, cuando empecé a versificar,

me sentaba yo entonces a los pies

de hardy, thomas y frost.



cuando llegó el amor, cambió la cosa:

entonces alguien era importante al fin:

yeats me sirvió de ayuda, igual que graves.



luego, sin previo aviso, la economía toda

de repente se hundió:

allí, para instruirme, estaba brecht.



finalmente, las escalofriantes cosas

que hacían hitler y stalin

me obligaron a pensar en dios.



por qué esa seguridad de que se equivocaban ellos?

el salvaje de kierkegaard, williams y lewis

la fe me devolvieron.



ahora, cuando maduro en años

y he vuelto a este paisaje exhuberante,

la naturaleza me tienta nuevamente.



los maestros que necesito, quiénes son?

bien, horacio, el creador más hábil,

disfrutando del clima cálido de tívoli,



y goethe, aficionado a las piedras,

que supuso que newton -nunca pudo probarlo-

llevó la ciencia por un mal camino.



afectuosamente, a todos os tengo en cuenta:

sin vosotros yo nunca hubiera escrito

ni mis versos más flojos.

w. h. auden (gracias, niebla)





un poema de acción de gracias que me encantó... quizás porque a casi todos los poetas a los que auden da las gracias, les daría las gracias yo misma... quizás porque al terminar de leerlo, cuando esbocé mentalmente mi acción de gracias particular, auden, habría estado sin duda entre ellos...


y es que los poemas de auden llevan tanto tiempo acompañándome que no sabría datar nuestro primer encuentro... sí sé que gracias a él sé que no dejaré que el tiempo me engañe, pues nunca lo vamos a vencer... por él sé también que el tiempo vigila desde la sombra y tose cuando intentamos besarnos... y que con angustias y migrañas la vida se va escurriendo y el tiempo se sale con la suya mañana igual que hoy...


también fue él quien me contó que contemplando las estrellas, sé muy bien que, por ellas, me puedo ir al infierno, pero en la tierra la indiferencia es lo que menos debemos temer... y que si desaparecieran o murieran todas las estrellas, aprendería a contemplar un cielo vacío y a sentir su total oscuridad sublime, aunque quizá me llevara algún tiempo...


igual que fue él quien me enseñó una canción de cuna (aquella canción de cuna que compré un día después de que nos tomasemos un café en aquella cafetería que ya no es una cafetería) que casi se me antoja una oración pagana que rezarle a las noches sin luna... ya sabes, aquello de posa la cabeza dormida, amor mío, compasiva en mi brazo desleal... aquello de que los vientos del amanecer que soplan suavemente en torno a tu cabeza ensoñada muestren tal día de bienvenida que el ojo y el corazón latiente lo bendigan, y tengan suficiente con nuestro mundo mortal...


fue auden quien me dijo que leer es traducir, pues las experiencias de dos personas nunca son identicas... y que un mal lector es como un mal traductor: interpreta de forma literal aquello que debería parafrasear y parafrasea aquello que debería interpretar de forma literal... y que atacar un mal libro no es sólo una pérdida de tiempo, sino también nocivo para el carácter. si un libro me parece malo, el único interés que puedo obtener de comentarlo debe provenir de mi mismo, del despliegue de inteligencia, ingenio y malicia que sea capaz de ofrecer. no se puede reseñar un mal libro sin caer en la presunción...


y fue él también el que hizo que me diera cuenta de que el "te amaré siempre", que jura el poeta. me parece un juramento fácil de hacer. pero el te amaré a las cuatro y cuarto de la tarde del martes que viene: ya no resulta tan fácil... pero aún así me sigue encantando aquello de "te amaré. amor mío, te amaré hasta que china y áfrica se junten, y el río salte sobre la montaña y el salmón cante en la calle, te amaré hasta que el óceano se doble y cuelgue hasta secarse y las siete estrellas se pongan a graznar como los gansos en el cielo"... y aquello de “te amaré pase lo que pase, aun cuando...” —luego viene una lista de milagros catastróficos— (aun cuando, me gustaría decir, todas las piedras de baalbek se quiebren en trozos exactos, los cuervos de repton murmuren funestas profecías en griego y a su vez el windrush allá abajo deslice imprecaciones en hebreo, el tiempo enloquezca y que parís y viena vuelvan a estar fabulosamente alumbradas con gas...)


y quien me hizo darme cuenta de mientras espero tu llegada mañana, me encuentro pensando yo te amo: entonces viene el pensamiento: me gustaría escribir un poema que expresara exactamente lo que quiero decir cuando pienso estas palabras... y de que puede que yo también tenga un poema no escrito...





y ahora corto y cierro... que vuelve a sonar el teléfono y digo yo que tendré que responder...

No hay comentarios:

Publicar un comentario