sobre dos poemas... dos...

jueves y te escribo desde el despacho... aunque las facturas por sentar no me dejan llegar bien al teclado, y la caja por hacer no me permite acceder a la calculadora... y miro la cubeta y veo al menos un par de albaranes que tendría que meter... ya ves... aquí estoy... tecleando...


y te contaría que hace unos días estuve leyendo una antología de bertolt brecht (nombre que sabe a mis veinte años, y a aquellas historias de almanaque, y a aquella madre coraje, y esos niños perdidos en una guerra sin sentido...) de la editorial pre-textos... poemas del lugar y la circunstancia...


y no recuerdo cuantos años hacía que no leía a brecht... ni sabría decirte cuanto hace de la última vez que fui a ver una de sus obras teatrales... lo que sí sé es que me sigue produciendo la misma sensación leerle... esa sensación de descubrimiento... esa sensación de familiaridad  que tienes con algunos autores, que no me preguntes porqué, pero (quizás por los años transcurridos desde las primeras lecturas) parecen de la familia...


el caso es que volver a leer a brecht, me ha devuelto por un rato, a una de mis yos que tenía olvidada... una yo que puede que mire de otra manera... una que lee poesía con el convencimiento de que algunos poemas, podrían tener la magia de abrirnos los ojos y hacernos entender ciertas cosas...


y de estos poemas del lugar y la circunstancia, me vas a permitir que te copie dos poemas...


una de cal... que aunque hable de la alemania inmediatamente anterior a la segunda guerra mundial, se me antoja muy parecida a la realidad que estamos viviendo...






la compradora



soy una anciana.

al despertarse alemania

recortaron las pensiones. mis hijos

me daban dinero de vez en cuando un dinerillo. pero yo ya

no podía comprar casi nada. al principio

iba menos a las tiendas donde antes compraba a diario.

pero un día me lo pensé mejor y volví

a diario a la panadería y a la verdulería

como antigua clienta.

escogía cuidadosamente entre los comestibles

y no me llevaba ni más ni menos que antes:

añadía los panecillos al pan y los puerros al repollo y sólo

cuando me hacían la cuenta, lanzaba un suspiro

rebuscaba con mis rígidos dedos en el monedero

y confesaba, sacudiendo la cabeza, que no me alcanzaba el dinero

para pagar aquellas pocas cosas y, con nuevos movimientos de cabeza,

salía de la tienda, a la vista de los parroquianos.

y me decía:

si todos los que no tenemos nada

dejamos de aparecer donde se exhibe la comida,

podrían pensar que no necesitamos nada.

pero si venimos y no podemos comprar nada,

se sabrá cómo están las cosas.

bertolt brecht (poemas del lugar y la circunstancia)




y otra de arena... (o puede que ésta sea la de cal y la otra la de arena, porque he de admitir que nunca he tenido del claro cual era cual)... porque los placeres que enumera brecht, me parecen de una dulzura y una sencillez, que me apetecía compartirlos también...





placeres



la primera mirada por la ventana al levantarse

el viejo libro recobrado

rostros llenos de entusiasmo

nieve, el cambio de las estaciones

el periódico

el perro

la dialéctica

ducharse, nadar

música antigua

zapatos cómodos

comprender

música nueva

escribir, plantar

viajar

cantar

ser amable.

bertolt brecht (poemas del lugar y la circunstancia)





y ahora corto y cierro... que digo yo que algo tendré que ir haciendo...

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