sobre compras compulsivas y los labios de la luna...

martes y aquí sigo... en el despacho... esperando que llegue la cartera para ver si la última factura llega hoy o no... para poder empezar a sentar ya las facturas de este año...


y he de confesar que mira la hora que es y yo ya he pecado... pero juro que yo no quería... que practicamente me han obligado... y es que mi primo me ha preguntado si tenía cuenta en una tienda virtual, porque quería una cosa, pero le da pereza abrirse una cuenta... así que le he dicho que sí, y él me ha dicho que si no me importaba, que se la pidiera y que él me la pagaba... y una vez dentro, pues he pensando que si añadía algo mas al carrito, los portes saldrían gratis... así que sí... he encargado otros dos libros... yo! que me había jurado a mí misma (anoche sin ir mas lejos) que lo menos hasta febrero no me compraba mas libros, que con los que tengo, bien puedo estar leyendo y sin gastar dinero... pero "puedo resistirlo todo menos la tentación" que diría oscar wilde... y es que eso de los portes gratis es toda una tentación... y que creo que no ayuda el hecho de que me haya aprendido de memoria la numeración de mi tarjeta de crédito... porque si tuviera que levantarme e ir al bolso, buscar la cartera, e ir copiando los números de la tarjeta, sólo por pereza, la mitad de las veces no compraría... pero, como te decía, en un momento dado me aprendí el orden de los números... y eso, sin lugar a dudas, ha sido mi perdición... te lo digo yo... que estoy pensandome el cambiarme de banco, solo para no saberme de memoria los números que te permiten comprar con dos clicks, y recibir los libros directamente en el despacho...





en fin... que yo lo que quería era contarte que la semana pasada estuve leyendo los labios de la luna, precioso poemario de ana maría navales (la de los cuentos de bloomsbury que conocí gracias a una antología) editado por la editorial torremozas, y que como buena lunática, me ha encantado...


así que me vas a permitir que te copie aquí uno de sus poemas...






III

de pie

sobre un barco libre, mar y espinas

en el trago de la niebla, arrojo

la tierna elegancia de mis besos al vacío,

donde fui amante de los ángeles.

alas encendidas cubrían mi cuerpo

y no la bruma que me borra el lugar

y las horas, el verso que se hiela

hasta ser cadáver, mancha agria

en el paisaje, rendija en el muro,

abrazo ausente de los labios

para decir amor, estatua, nada;

y sólo eso, invierno y el último canto.

ana maría navales (los labios de la luna)





y ahora voy a ver si me centro... voy a ver si contesto a un par de correos, y si hago la caja, y si hago un par de llamadas de teléfono...


corto y cierro...


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