imagino que hubo un momento en que pude haber tenido cualquier cosa que quisiera, dentro de ciertos límites, pero aquello fue lo único que quise con verdadera intensidad. cielos! y eso me enseñó que no se puede tener nada, nada en absoluto. porque el deseo nos engaña. es como un rayo de sol saltando de aquí para allá en una habitación. de pronto se detiene y da brillo a algún objeto insignificante y nosotros, pobres estúpidos, tratamos de cogerlo... luego, cuando el rayo de sol cambia de sitio, seguimos agarrados al objeto sin interés, pero el brillo que nos hizo desearlo ha desaparecido ya...
la cita es de hermosos y malditos de fitzgerald... un libro de esos que te acaban doliendo... vaya que si...
asistir al principio y el final del amor de anthony y gloria ha sido precioso y doloroso... fitzgerald me encanta... tiene un algo que me tiene enamorada desde hace ya bastantes años... y con esta novela me ha llegado al corazón... nadie como él para contarte lo bonito que es el amor (un beso así era como una flor apretada contra su rostro, algo indescriptible, difícilmente recordable) y después contarte como poco a poco va dejando de ser bonito (cuando el rayo de sol cambia de sitio, seguimos agarrados al objeto sin interés, pero el brillo que nos hizo desearlo ha desaparecido ya)
y duele, vaya si duele... cuando asistimos a ese momento en que el rayo de sol cambia de sitio, cuando el brillo ha desaparecido ya... y no puedo evitar preguntarme si esa es una de las condiciones del amor... ese durar solo un momento... esa fecha de caducidad que cambia según los amores... si por fuerza tiene que terminar sin remedio... pero hoy prefiero no darme respuestas...
el libro es precioso y doloroso...
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