era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos...
sin duda uno de esos principios que conoces sin haberlos leido... una de esas frases que se te quedan en la memoria... como el principio de la anna karenina de tolstoi, o el del quijote... o el de moby dick... o el de cien años de soledad... hay varios de esos principios inovidables...
dickens sigue en el principio de historia de dos ciudades diciendo que era
la edad de la sabiduría, y también de la locura; la época de las creencias y de la incredulidad; la era de la luz y de las tinieblas; la primavera de la esperanza y el invierno de la desesperación. todo lo poseíamos, pero no teníamos nada; creíamos que caminábamos derechos al cielo y nos extraviábamos por el camino opuesto.
la revolución francesa de fondo para una historia inolvidable... como la frase con la que empieza a narrarnos la historia... creando unos personajes inolvidables...lucie, el doctor manette, el señor lorry, charles darnay, sidney carton, el señor y la señora defarge... buenos y malos envueltos en los momentos que les tocan vivir...
y acabé llorando, casi sin ver las letras de las últimas páginas, entre lágrimas y suspiros... pensando que nunca mas volvería a escribir (creo que pensé lo mismo al acabar de leer los miserables y de hecho tuve la misma sensación que leyendo a hugo... la sensación de ese algo mágico que hace que las piezas encajen perfectamente, sin forzarlas...)
(claro que anoche me sorprendí a mi misma escribiendo dos capítulos sueltos de la historia que tengo a mitad... dos capítulos con los que creo que por fin voy entendiendo la historia que intento contar...)
me sigue pareciendo increible como los grandes hacen que las grandes historias parezcan fáciles de contar... como al final todas las piezas encajan y los pequeños detalles cobran sentido...
ayer hablando del final con una amiga se me ponía la carne de gallina (también a ella), porque hay historias que al leerlas pasan a ser nuestras... porque durante unos días he estado entre londres y parís... he asistido horrorizada a las matanzas de la revolución francesa y he tenido el corazón encogido por la pobre lucie y el pobre charles... sufriendo por el doctor manette cuando buscaba su cajón de zapatero... y manteniendo la respiración al final... sin saber muy bien que se proponía sidney carton, pero intuyéndolo y llorando...
inolvidable esa pobre costurera de la que no llegamos ni a saber el nombre... y ese beso en los labios...
inolvidable... sé que he usado la palabra demasiadas veces, pero es que la novela de dickens es de verdad inolvidable... no encuentro otra palabra...
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