mi primera rayuela

mi primera rayuela la compré por unas mil liras... mientras esperaba en la puerta de una biblioteca a que me vinieran a buscar...
llovía, y una especie de feria del libro instalada en la plaza estaba cubierta, así que mientras esperaba, paseando por las pilas de libros sin querer comprar nada (por aquel entonces no leía bien en italiano y solo me atrevía con los comics de dylan dog) encontré un montón de libros amontonados en una caja de cartón, con un cartel de 1000 liras.
no tenía nada mejor que hacer que rebuscar entre los libros, gastados, y algunos rotos, en inglés, en francés, en alemán y unos pocos en castellano... no me preguntes cuales, recuerdo la celestina, porque me hizo sonreir el encontrarla por allí, y alguno mas de esos que lees en el colegio (no hacía tanto de eso).
y de pronto la rayuela... uno de esos libros que llevaba anotados en la agenda como que tenía que leer en algún momento de mi vida, junto con el ulises, la condición humana, en busca del tiempo perdido y un par mas... no me preguntes en que misteriosas fuentes bebía aquella lista que se fue alargando con el tiempo hasta desaparecer... porque sinceramente no lo sé...
así que por mil liras compré una edición de la rayuela que después perdí en el traslado... estaba tan gastada que perdía hojas al abrirla, la llevaba en el bolso sujeta con la goma con la que me recogía el pelo... y era divertido ordenar la rayuela... era divertido sentir que era algo importante leer la rayuela, primero del derecho... en el orden normal, hasta el capítulo cincuenta y seis y después, sin llegar a cerrar el libro empezar por el setenta y tres y leer los capítulos prescindibles, como dice cortazar mismo...
lo he estado releyendo este fin de semana, el cortito, el ordenado, el que va del principio a los tres asteriscos que se supone que dicen fin... y no recordaba tanto de mi en la maga... no recordaba lo enamorada que acabé de cortazar, que no de su personaje... por ser capaz de escribir algo tan increiblemente genial...
pero algo se ha perdido en el camino... ya no busco verdades absolutas en la literatura... y esta edición de bolsillo (mi tercera rayuela) no pierde hojas, pero no me preguntes porque, la sigo tratando con cuidado, como si pudiera perder un par de hojas importantes, al leerla diez años después...

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